Eso quise hacer yo. Un puchero literario donde se cocinaran los recuerdos de veinticinco años de docencia con adultos o mejor debería decir adultas, ya ustedes verán por qué.
Y así salió. A veces salado, a veces soso, a veces tierno y a veces correoso y duro como las mismas palabras primerizas y dolorosas que se escapaban de aquellos lápices y manos novatas y que más que palabras , a veces eran lágrimas o cuando menos gritos necesarios.
Pruébenlo calentito que aquí están conjuradas muchas almas que ya no están aunque desde que se escribió, muchas otras han venido a aprender y a reír con nosotros que también aquí se hace y mucho.
Les dejo con ellas, las letras y sus protagonistas.
1 comentario:
Llo le pondria un poco de llerba buena pues lo unico que le falta es aroma por decir algo.
Muy bueno.
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